domingo, 10 de febrero de 2008

El judio errante


En un lugar de Jerusalén de cuyo nombre no puedo acordarme, de allí dicen que salí yo, el judío errante. He regresado otra vez, estoy aquí, siempre dispuesto a servir porque estoy vivo, para mi no hay distancia ni tiempo.

¿Por qué soy judío? Porque me fluye del alma un amor sin límites al creador del cielo y la tierra, eso es lo que me enseña la Torá. Y ¿qué es la Torá? Son las enseñanzas de un Dios de los cielos para que seamos los hombres más buenos de la Tierra. Es por eso que ser judío es aprender la Torá, la cual te enseña a tratar a los demás como a ti te gusta que te traten. ¿Y errante? Porque voy caminando despreciado y echado por todas las generaciones y naciones; ¿por qué? Porque aman la tierra, aman las propiedades de los demás y quieren vivir diferente que el resto, gozando de mayores privilegios.

Estos soberbios creen que son la civilización y el progreso pero lo único que han sido son exterminadores y opresores, arrasando nuestros hogares y esclavizando a la humanidad.

Fíjense ustedes que cultura tenían estos exclavizadores y exterminadores que toda su filosofía giraba en el piaje y el maltrato. ¡Roma, Roma! Cuanta sangre has derramado de los inocentes y hasta una religión has inventado. ¡Roma, Roma! Tanto a los íberos como a los galos y los judíos has exterminado, que diferente eres Alejandro Magno a esa Roma déspota, pues tú nos visitaste a los judíos e íberos y te quedaste maravillado. Aún te postraste en el Santo templo de Jerusalén, pero tú, Roma, enviaste con tito a miles de asesinos sedientos para matar a los judíos y destruir el templo. Una fantástica idea la de desahuciar, destruir la única residencia que el Dios tenía en la tierra, la única residencia que el Dios tenía en el sistema solar.

Pues sabéis que es noticia que este cariñoso Dios creador del cielo y la tierra, era la única residencia que tenía en el sistema solar; pero en confidencia, tengo que deciros que tiene otros lindos hogares en lejanas estrellas del universo. Toda Jerusalén fue arrasada, incendiada y exterminada.

Estos emperadores “cultos” no tuvieron piedad del Dios de Israel ni de su pueblo, lo mismo hizo Adriano y allí comienza mi historia en la tierra de Israel. No hay mal que por bien no conteste y así fue, pensando que nos esclavizaban a los supervivientes de tal maltrato llegamos a las maravillosas tierras de los íberos, Shefarat , la nación llena de pueblos que se amaban y honraban adorando a Dios, en su sublime cultura.

Los íberos nos recibieron con amor y curaron nuestras heridas, por toda la península Ibérica. Cuando los barcos que nos transportaban llegaron a los puertos ibéricos, sentimos que ese lugar era santo. Una bella mujer se acercó a mí y yo tan chiquitín como era, me levantó con sus maternales brazos. En seguida se dirigió a su apuesto esposo y le dijo:
-Viriato, Viriato no dejemos que tales bellas criaturas creadas por Dios, sean hechas esclavas. Mira nuestros hijos y por ellos y su libertad, nuestras vidas demos. Y ya lo saben los “cultos” romanos que antes de quitarnos nuestra libertad nuestras vidas daremos.
-Sabes mujer, estas noches, los sabios ancianos ibéricos, mediante sueños, Dios les ha hablado, que un regalo de oriente, el pueblo de Israel, el Señor los ha enviado.
-Amado esposo junto con los guerreros que nuestras vidas que por este pueblo daremos.
-¿Qué hacéis?- gritan los romanos- ¡Son nuestros esclavos!
-¡Necios!, ignoráis que ni en la Galia ni en la Ibérica se permite que los hombres sean hechos esclavos.

La revuelta se hizo violenta, pero todos los esclavos fueron liberados y así los íberos al pueblo de Israel ayudaron. Nuestros rostros se tornaron en alegría. ¡Frutas, ricas frutas!, queso y miel nos obsequiaron, deliciosos dulces, tortas, manjares exquisitos nos sirvieron. Dichosos, que bien comen estos íberos, y todo lo compartieron.

Pero lo que más nos ha gustado es el amor de este pueblo, ¡cómo nos han tratado! Que amor tan grande tienen hacia el niño y hacia el anciano, igual que en Israel los tratamos. Sus cabellos son blancos y su tez con arrugas pero por sus labios fluyen los consejos del bien, ese sabio que cada familia tiene en su mano, el anciano. Creí que era mi abuelo pues me cogió en su regazo, que me miró y dijo:
-Viriato, que ángel Dios nos ha enviado, al hermano judío, Viriato que sabio eres.
-No abuelo, fue mi amada, ya sabes las mujeres, por ellas somos aconsejados.
-Ya somos ricos-gritó el abuelo- hemos dado amor a un pueblo sagrado y éste algún día levantará al íbero olvidado.

Los poblados que nos alejaron en toda la tierra ibérica, lindas casas de piedra, olivos, vides y de paz nos llenaron. Este pueblo adora el creador del cielo con el muérdago y la encina, los símbolos de esa religión druida te enseña el amor creado. Nos cedieron casas, tierras y su amor. Miraron nuestra fe y los gritos a lo creado. Así, el sabio anciano después de observarnos se dirigió a un grupo de estudiosos de la Torá y les dijo:
-Si bien os hemos tratado y las heridas curado, enseñadnos la ley de vuestro Dios que es a quien amamos.

Y así los hijos de Viriato en la Torá fueron enseñados y yo no dejaba un día pasar sin jugar con los niños del poblado y de recibir el abrazo del abuelo y de la esposa de Viriato.
Luego me acogió una familia judía que todos sus hijos murieron en las matanzas de Jerusalén.
Casi estábamos más felices que cuando estábamos en Israel, sabéis los íberos nos amaron y las penas han pasado.

Al pasar los siglos y los años, los íberos asolados y exterminados. Viriato por ser tan buen hombre y soldado, los celosos romanos pagaron y lo asesinaron. Nunca en mi vida vi el horror tan profundo en los bellos ojos de la esposa de Viriato, había asesinado a su amado; pero os revelaré un secreto, los íberos como los galos no tienen miedo a la muerte, y saben que al morir pasamos a los mundos celestes, juntos ya con los amados. Así que luchan sin temor a la muerte, porque aún con la muerte la vida han encontrado. Se rumorea de ciudades grandiosas, una muy cerca de donde yo vivo que todos han muerto antes de preferir entregarse a los romanos, ¡si!, ¡es la gran Numancia! Rica ciudad de cultura, de joyas, de amor. Y morir han deseado antes de entregar su libertad a los pérfidos romanos. Se parecen mucho a nosotros en el ideal y en la libertad, pues en Israel, en Jerusalén, millares se han sacrificado, como en Mazhada esa fortaleza judía, que toda murió antes de entregarse a los romanos. Numancia, Mazhada unidas en un sueño de libertad, las dos se han sacrificado.

Han pasado muchos años y soy ya bisabuelo, otra matanza y exterminio en Jerusalén, otro salvador romano, el dictador Adriano, tirano como Tito y Vespeciano. Millones de judíos ha asesinado y después aún cambiar el nombre de Jerusalén había intentado. Con estas matanzas más judíos a la Ibérica han llegado, pero con todos nuestros ahorros su libertad hemos comprado. Llegan judíos a la nueva tierra de promisión que ya hemos encontrado, Shefarat. Al ver lo felices y bien que vivimos asombrados se han quedado. Y como vivimos la Torá y el ejemplo que damos. Ya sabéis, poco a poco desde Alejandro Magno a la Ibérica hemos llegado; y entre íberos y judíos el amor encontraron.

Ya todos sabemos que ser judío es ser cristiano porque Jesús siempre ha sido judío y nunca de la religión judía se ha marchado. Él en la Torá se ha inspirado y sus seguidores en el judaísmo han estado. Es sabido por todos que Roma es la que los ha asesinado y esa misma Roma es quien las mentiras ha enseñado. Y también sabemos que ha sido ella la que ha destruido la escuela Talmúdica de Jesús de Nazaret, sus seguidores estrictos judíos dexénicos.

Yo soy el judío errante descendiente de mi bisabuelo y no son tontos esos romanos y ven como nuestra fe de Dios el Eterno es. Miles y miles de ciudadanos iniciarse en el judaísmo han deseado. La Ramera, la Ramera, la religión que Roma ha inventado. Inventan dioses, jartas y mentiras del pasado. Dicen que su dios es Jesús, pero ellos son los que lo han matado; amiga de reyes, amiga de tiranos y con sangre en sus manos, por el poder y el dinero a todo ha llegado. La Ramera todo lo ha desolado, unida con Roma y los Godos, a los Íberos y los Galos los ha desvastado, aprisionados y esclavizados. Y los judíos también lo han pagado. Las ciudades han arrasado y las mentiras han predicado, siglos de miseria y oscuridad han llegado.

La Ramera, la Ramera en sus concilios de los judíos se han separado. ¡Matadlos, matadlos, despellejarlos! Asaltemos las juderías, muertos y robados.

Reyes godos como Sisebuto unidos con el clero nos han robado, expulsado y nuestros hijos robado. ¡Reyes godos, reyes godos!, cuanto odio y sangre habéis brotado. Los ibéricos y los judíos a los musulmanes hemos llamado, que nos liberen de estos godos que nos humillan y nos tienen pisados. Ejércitos de judíos con árabes la nueva ibérica han proclamado. Hombre justo Estaric, hombre judío al mando de miles de guerreros a los godos del poder han quitado. Y poco a poco hombres justos a la Ibérica han llegado. Lindas ciudades son restauradas y como antes se han edificado, Mérida, Córdoba, Granada, Toledo, Sevilla, Carmona, Lucena. Miles de alegrías han llegado, los hombres pueden adorar libremente a Dios, casa uno en su religión y llega un príncipe “Omaya” el gran Abderramán tiempos de paz. Sabios judíos han nacido, miles de poetas, médicos, escritores, ministros, el amor ha vencido, los judíos en vez de ser reprimidos a los Reyes han aconsejado.

Yo el judío errante en la Córdoba he nacido. Rambam Maimonides, que amoroso y listo nos ha salido. Y como niños por la Córdoba jugábamos, quién lo iba a decir que este pequeño mozuelo iba a poner las bases para sostener a todo un pueblo. Ordenó la Torá y dio la luz a todo un pueblo. Médico y sabio, ¡qué humilde en servir y sus riquezas compartir! Fue médico del sultán y del mendigo. Seiscientos trece preceptos enseñó de los cuales el mundo puede vivir, como él miles de sabios se levantaron y toda la ibérica de luz se ha llenado; cabalistas, poetas, pintores y artistas las bases de la futura cultura de nuestro país han formado. Toda la península de libros han llenado, España es rica pues la cultura ha brotado. Después de los omeyas fanáticos, árabes todo lo han destrozado, juderías enteras han asesinado y en la ibérica de nuevo la confusión ha entrado.

¿Quién son asesinados? Los sabios de nuevo son asesinados, envidias de los moros y de los católicos, la maldad otra vez han sembrado. Ya no hay seguridad para el pueblo de Israel, de aquí para allá y robados, asesinados y expoliados; pero llegó un rey judío, un libertador, don Pedro I el Sabio, hijo de Alfonso XI, su madre judía, hija del rey de Portugal, los astros cantan y profetizan que restaurará Jerusalén. ¡Don Pedro, Don Pedro!, ¡llena la península de libertades, de tribunales, de justicia! De nuevo la libertad junto con la Torá y el amor han llegado. Hombre valiente Don Pedro, pero los malvados que escriben la historia lo han tapado. Los malvados a un bastardo han contratado y su hermanastro, Enrique, ha traición lo ha asesinado. Ha caído la esperanza, los asesinos la calle toman, desde el sur hasta el norte de España, todas las juderías son arrasadas, más de cien mil judíos fueron asesinados.

Así años y años, con tantos crímenes, a los reyes Católicos llegamos. Y después estos reyes desagradecidos, que los mismos judíos han ayudado, decretan en 1492 robarnos y echarnos de nuestros hogares; tirados y echados, robados y maltratados, que poco amor nos habéis dado. Hasta los turcos dijeron:
-“¡Que reyes tan degenerados! Vengan judíos, que asilos les damos.
Así los curas al pueblo judío han robado, exterminado y pisoteado. Difícil es de entender que odien tanto a Israel, cuando el que llaman su Dios, ¡judío es! Y hablan de María ja ja, ¡judía es! Perra judía, así dice el clero, una mujer es.

Yo el judío errante con mi familia me quedé, pero en católico me tuve que convertir. ¡Ay, si me descubrían!, pues judío no podía parecer y siglos y siglos escondido, un judío soy y seré. Tribunales y juicios, a palos y quemados sin piedad, los curas nos han tratado:
- ¡Perros judíos!, ¡herejes mal nacidos!
- Creer en Adonai y en la Torá ha sido nuestro crimen hermanos. ¡Mentirosos, viles asesinos! Porque adoramos a Dios nos habéis maltratado.

En el tribunal de Dios hemos sido llamados y allí seréis juzgados por los crímenes de los judíos robados y exterminados. Siglos y siglos, políticos y escritores, mierdas sobre los judíos han tirado, marranos y perros nos habéis llamado.

Quinientos años los judíos hemos sido oprimidos, hemos aguantado y dormidos hemos quedado. La libertad a nuestra España ha llegado y la República al clero ha expulsado, pero el papado junto con los nazis se ha aliado y de nuevo las matanzas de nuevo comenzaron. La moderna Alemania en asesina se ha tornado y con su ejército de criminales a los judíos han sacrificado. Seis millones de mujeres y niños, hombres y sabios, todos han sido asesinados, sin piedad quemados, destrozados. ¡Nazis, nazis, alemanes nazis!, la sangre habéis derramado, buscasteis a los judíos y los exterminasteis. Y vuestros amigos del clero os han salvado, para que luego toméis los poderes de la humanidad y esclavizar a los hombres y terminar con la verdad.

Soñadores judíos han fundado el estado de Israel, el 14 de mayo célebre es. Israel ha renacido y ya una naciones, nunca más serán pisados los judíos porque tenemos a Israel; pero, ¡ay de nosotros! El judío errante quién es, es el judío dormido, el que desciende de los judíos que en España en 1492 se quedaron. Veinte millones de españoles descendemos del pueblo de Israel, ¡si, veinte millones! Regresaremos a nuestra religión judía. Mira tu apellido, que tal vez judío es, que precioso es el saber, eres judío dormido y perteneces a Israel.

La democracia con los jueces y políticos nos dicen la memoria histórica, eso es, memoria hace falta en España y devolver lo que hemos robado al pueblo de Israel. Presidentes, ministros y jueces de España de la bolsa de judíos son, sus apellidos los delatan, que descienden de Israel. Un juez español célebre por lo bueno que es, con apellido judío ha enseñado que los crímenes contra la humanidad olvidados no pueden ser, pues hermanos a pedir nos ha llegado. Devuelvan todo lo robado, si, todos los barrios judíos que nos han robado, sinagogas se las han apropiado y ahora son iglesias, pero todo es robado.

Clero, clero devuelvan lo robado, como dijo Cervantes “con la Iglesia hemos topado”. Señores piden perdón y no devuelven lo robado, ¿qué clase de arrepentimiento han mostrado? Ja ja.

Los judíos dormidos a nuestra religión regresan, ni queremos ni deseamos ser católicos. Deseamos que los judíos de Israel nos dan la bienvenida y de nuevo podamos ser judíos de la Ley de Israel. Ya le hemos demostrado al mundo nuestra humanidad, Einstein, Freud, Kafka y Carlos Marx, y Trotsky por si aún queréis más. Los judíos sabemos perdonar, los judíos sabemos amar. Soy el judío errante y proclamo mi libertad, nadie me la quitará más. Por eso me pongo la kipá como el símbolo de la libertad, que todos los hombres tienen el derecho de adorar a Dios y no ser amenazados ni insultados por nuestra sociedad. Hoy en la España de la libertad. Y perro judío me suelen llamar, ¿por qué? Por ponerme la kipá, ¡no podrán! Porque creo en la libertad y en siempre amar.

Josué

No hay comentarios: